miércoles, 2 de junio de 2010

Mujer Virtuosa

Mujer:
Si enseñamos a nuestros hijos a respetar, valorar y ayudar desde un anciano hasta un pajarito, que cae herido en el patio de tu casa, seguro que crecerá con buenos sentimientos, también aprenderá a tener mucha autoestima, recordará que sus principios están basados en respeto, confianza, amor, servicio y lealtad; sus patrones de buena conducta le ayudarán a no caer bajo y dirá como buen arquitecto y director de sus propios actos: no voy a ceder a lo que no fui enseñado, porque no se pone en cimientos de oro forjado tabiques de barro crudo.

Reflexión de María Valerio Acosta, originaria de la comunidad de Comburindio, en Huetamo, Michoacán.