Durante la mesa Género y Poder Judicial realizada en Girona, España, Alejandro Luna Ramos, magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), señaló que "en México existe una patente y alarmante inequidad respecto al efectivo ejercicio de los derechos político-electorales de las mujeres. Por ello, los juzgadores electorales debemos realizar acciones efectivas tomando en cuenta el marco jurídico nacional e internacional".
El Magistrado de la Sala Superior puntualizó que en materia político-electoral, la desigualdad en el acceso a cargos públicos entre mujeres y hombres es abrumadora, "nunca ha habido una presidenta en México, peor aún, en 1988 se registró la primer candidatura de una mujer para ese cargo y desde entonces, ninguna aspirante ha quedado dentro de los tres primeros lugares".
Enfatizó que las cifras hacen patente la subrepresentación política de las mujeres "a pesar de que con claridad el artículo cuarto de la Constitución Política Mexicana establece que el hombre y la mujer son iguales ante la ley, cuyo texto en materia político-electoral pareciera no pasar de ser más allá de un buen deseo".
Por ello, Luna Ramos aseveró que "los jueces electorales mexicanos estamos constitucional, internacional y nacionalmente obligados a respetar el derecho humano de las mujeres a la equidad de género a través de acciones concretas que tiendan a hacer plenos y eficaces los derechos de este grupo socialmente vulnerable, a fin de que éstos, en un futuro cercano, sean una realidad actual".
Entre las acciones más importantes a realizar por parte de las autoridades correspondientes, el Magistrado electoral propuso favorecer el trabajo parlamentario con perspectiva de género; promover la participación y representación equilibrada entre mujeres y hombres dentro de las estructuras de los partidos políticos y fomentar la participación equitativa de los géneros en los cargos públicos más altos.
Finalmente, el Magistrado exhortó a los jueces electorales a juzgar con perspectiva de género lo que implica maximizar los derechos político-electorales de las mujeres y la actualización de la ley introduciendo la perspectiva de género en la interpretación y aplicación de la misma.
"Todas las mujeres a las que nuestras naciones deben tanto merecen que la equidad de género sea algo más que un buen deseo, y que sus derechos político-electorales sean lisa y llanamente plenos" concluyó.
